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ZOMBOZO

Nombre

 Butch Ratzingger Zomb

 

Apodos

-El Invicto

-El Verdugo 

-La Araña Mecánica 

-El Nuevo Profeta 

 

Altura 

3'30 m

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Descripción
Butch R. Zomb es el líder de la Hermandad Criminal conocida como los Malasangre y todos los integrantes de esta le profesan un profundo respeto y admiración.
Es una de las mayores figuras del mundo criminal y, como tal, infunde terror a todos aquellos que saben de él.
Un gran número de sus seguidores lo consideran una deidad y predican su dogma el cual se basa en que "La Fuerza es Poder".
Zombozo se ha encargado de que esta insana ideología se grabe en la piel de aquellos ilusos que no tenían nada a lo que aferrarse, acabando por construir un ejército de kamikazes en su nombre.

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Personalidad

Zombozo muestra muchos rasgos típicos de los líderes de culto y dictadoresEs un gran orador público, pronuncia discursos elevados para obtener la lealtad de sus súbditos y  demuestra regularmente su control sobre los recursos de los Malasangre, reafirmando constantemente su dominio sobre los integrantes.

 

Comanda hordas de guerreros fanáticos que lo adoran y lo siguen sin dudarlo, llegando incluso a sacrificar sus vidas por sus caprichos. A su vez, les ofrece la promesa de que lo habrán hecho fieles a la ideología que comparte con ellos. 

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A pesar de su naturaleza totalitaria, Zombozo parece tener un lado altruista.  Tiene un gran afecto por sus oficiales y los trata como familia, cree sinceramente que está haciendo lo correcto por la sociedad y que su teoría sobre la fuerza es real.

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En esto resalta su trastocada salud mental ya que parece concebir muchos asuntos de una manera que más tarde son cambiados, pudiendo parecer hipocresía en lugar de locura.

Historia

 

Infancia

Mestizo de madre gigante y padre humano, Butch R. Zomb pasó sus primeros meses de vida en los profundos bosques norteños donde convivía en la tribu de su progenitora. Sin embargo, antes de cumplir su primer año de vida, su padre se lo llevó con él a Bruma, una pequeña ciudad masivamente militarizada donde los niños ya eran convertidos en soldados. 

El padre de Zomb, en concreto, era un importante coronel del ejército de Bruma y, desde muy temprana edad, le instruyó para que se convirtiera en un soldado ejemplar ya que este sabía que, por su naturaleza de gigante de su hijo, este alcanzaría un tamaño, altura y corpulencia dignas de un campeón galardonado.

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Juventud

Butch alcanzó un gran tamaño a los trece años de edad y libró la primera de muchas batallas; no sólo se descubrió que superaba a la mayoría de enemigos en altura y fuerza sino que, además, era un tenaz guerrero muy bien entrenado, lo que le haría escalar fácilmente de puesto y rango.

Para cuando Zomb cumplió la mayoría de edad ya dirigía su propia tropa y, sólo unos años después, su propio batallón en importantes guerras y conquistas. Había logrado ser la fiera en combate que su padre quiso hacer de él.

Un tiempo después el que fue su maestro desde que tenía memoria, su propio padre, falleció a causa de una herida de guerra y cedió todo lo que tenía a su hijo. El respeto y admiración que infundía el coronel cayó en los hombros de un joven Butch, el cual se tendría que esforzar para no manchar el honor de su progenitor.

Caída

Butch R. Zomb, condecorado y galardonado por el mismísimo Señor de Bruma, consiguió el rango tan preciado para él; el de Coronel, cumpliendo así su promesa personal de seguir los pasos de su padre y maestro. 

Sin embargo, para este fin tuvo que pasar por encima (metafóricamente) de otros muchos oficiales que tenían mucha más veteranía que él en el ejército de la región; lo que creó una envidia colectiva y un odio hacia Zomb que le saldría muy caro.

Varias misiones fueron encomendadas a él y este las cumplió sin problema alguno pero, cuán fue su sorpresa al descubrir que aquellas habían sido una trampa por parte de aquellos que le envidiaban. Fue acusado de alta traición ante el Señor de Bruma y condenado al destierro.

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Esclavitud

Zomb fue mandado a las minas de Gahdra donde durante muchos años fue esclavizado, torturado y humillado de todo tipo de innombrables formas.
Debido a su corpulenta estructura fue masivamente explotado en los trabajos forzados y tareas que precisaban fuerza. Aquello ya iba agrietando poco a poco la cordura de Zombozo, al igual que su cuerpo.

Debía soportar auténticas palizas por parte de los guardias de la prisión minera. Su cuerpo y órganos se deformaban y enfermaban al punto de quedar más de una vez al borde de la muerte (Así fue como sus pulmones empezaron a fallar). El ayuno obligatorio, los días sin nada que beber y aquellos días en los que sus propios labios eran sustento crearon una muesca clara en su salud mental la cual se acabó por quebrar.

Cadenas Convictas

Zombozo, harto de la situación que tuvo que soportar durante años, formó un numeroso grupo de prisioneros con el que desató un gran motín. Acabaron por tomar la prisión subterránea y, tras eso, Butch empezó a esparcir la ideología que él mismo había "comprobado" durante su tiempo de condena; la cual se dictaba por el dogma de que "La fuerza y la tenacidad es poder".

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Malasangre

Zombozo, con su grandilocuencia y don de convicción, se convirtió poco a poco en una figura a la que adorar por muchos, lo que acabaría transformándose en una hermandad que defendía aquellas palabras que predicaba.

Demostrando su valía, determinación y fuerza, los Malasangre conquistaban asentamientos y pequeños terrenos aunque tuvieran que pelear para ello. 
Con cada batalla, la Hermandad se hacía más fuerte al masacrar a los líderes de otras pandillas y reclamar a los secuaces de estas como nuevos reclutas convencidos por la palabra del líder de los Malasangre. Con esto, la idea de Zombozo de crear una mejor sociedad sin dioses ni reyes voluntariamente dio un giro oscuro. 
Finalmente, él y su Hermandad visitaron nuevos horizontes, donde conocerían la existencia de unas enormes minas de un muy valioso mineral en una ciudad conocida más tarde como Ocaso. Él ya había tenido intensas experiencias con minas pero, por algún extraño motivo, le producía un ligero y agradable cosquilleo la idea de volver a una de ellas. 

El Nido

Después de enterarse de la ubicación exacta de las minas, el líder de los Malasangre trató de negociar con los guardias que las custodiaban. Ofreció cambiar a las mujeres capturadas de anteriores conquistas por el acceso permanente a las minas de Galimatita. Su oferta fue rechazada y su banda fue atacada por ser considerada salvaje e inmoral. 

Tiempo después volverían a intentarlo pero, esta vez, no recurrirían al método diplomático. Elaboraron un plan, el cual consistía en que un escuadrón atacaría a los defensores de las minas para generar así una pelea alejada de la entrada a estas al tiempo que otro escuadrón se colaba en el interior del yacimiento subterráneo. Entre los integrantes de este segundo escuadrón se encontraba el mismísimo Zombozo.

Lo que no esperaban los Malasangre (ni el propio Zomb) era que muchísimos más guardias defendían los interiores de las Minas.

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El escuadrón del exterior fue reducido por los guardias y tuvieron que huir habiendo perdido un gran número de compañeros en el enfrentamiento. Por otro lado, el escuadrón del interior de las Minas, no lo tenía mejor que sus otros hermanos pues los defensores del yacimiento abandonaron a su suerte a los invasores en las profundidades subterráneas para después lanzarles decenas de barriles cargados de pólvora que más tarde serían prendidos con varias antorchas arrojadas desde lo alto del lugar.

Desde un terreno apartado, los muchos miembros de la Hermandad vislumbraban como el yacimiento era prendido en llamas. Todos los intentos por parte de los Malasangre por salvar a sus hermanos fueron en vano, siendo abatidos sin piedad al llegar a la entrada de las minas.

La confirmación heló los ya de por sí oscurecidos corazones de estos miembros de la Hermandad al ver cómo los guardias de las Minas poco a poco iban sacando los cuerpos calcinados de sus hermanos Malasangre, amontonándolos en un cúmulo humeante de carne muerta.
Muchos lloraron aquella pérdida, otros incluso se quitaron la vida al sentir que el propósito que les animaba a seguir se había esfumado.

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Al tercer día las minas seguían ardiendo y la Hermandad perdió toda fe. Los guardias del yacimiento durante todo ese tiempo estuvieron entrando y saliendo de estas para extraer el resto de cadáveres hasta que, en determinado momento, no salieron. Entre el humo, el fuego y las brasas apareció Zombozo cuál figura divina con las cabezas cercenadas de los defensores en ambas manos, acabando por alzarlas ante sus camaradas Malasangre con un grito de guerra "NUESTRA ES LA SANGRE". Desde entonces, Zombozo fue apodado "El Invicto"

Una vez con el fuego extinto y con las minas para ellos solos, la Hermandad empezó a construir su sede oficial y lugar en el que vivir llamándolo "El Nido"

El Imperio de Furia

La leyenda de Zombozo capturó los corazones de muchos que viajaron hasta El Nido para buscar una vida mejor. Él haría de aquellas personas una versión más oscura de sí mismas; rateros, prostitutas, soldados y carne de cañón. Ninguno sabía el cruel destino que les esperaba... Los jóvenes se volvieron fanáticos creyentes de la ideología de Zombozo dispuestos a hacer cualquier cosa en su nombre.

Tantos fueron los que buscaban asilo en la Hermandad que el Nido se quedó pequeño, por lo que las calles de Ocaso se llenaron de sus miembros, los cuales imposibilitaron la vida entre los muros del bastión, lo que haría que muchos abandonaran sus hogares buscando un mejor lugar donde vivir. La ciudad fue tomada por los Malasangre y una nueva ambición surgió en la mente de Zombozo; convertirse en el nuevo Señor de Ocaso.

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